Relato de un ascenso por Israel Ojeda

Siguiente relato de un ascenso, este realizado por uno de nuestros socios fundadores y directivo de la peña.

Por siempre en el recuerdo

Cuando a finales de los años 80 mi padre me decía todos los domingos por la noche vamos a poner la radio que van a dar el resultado del Córdoba, y yo le decía pero donde juega ese equipo, nunca pensé que durante estos últimos 35 años viviría y sentiría lo que he sentido por este equipo. Todo el que me conoce sabe que soy del Barça desde antes de nacer, cuando ser del Barça era un poco más difícil que ahora, ya que las ligas se ganaban cada 10 años. Viví la primera champions allá por al año 92 y más de veinte años más tarde tuve el privilegio de verle ganar otra en Wembley.

Pero lo que viví el pasado domingo día 22 de junio de 2014, fue algo excepcional, algo inexplicable, sobre todo para alguien que ni tan siquiera es cordobés, pero que realmente y casi sin saberlo seguramente sienta más que mi propio Barça. Ahora recuerdo como “casi” algo anecdótico todos esos años en 2b, la primera desilusión en mi primer partido allá por el año 97 perdiendo en casa 1-4, la primera alegría con el ascenso a 2ª en el año 1999, pasando por otro descenso y de nuevo otro ascenso. Vivir en el estadio la salvación de Anoeta, el magnífico día que vivimos en el Camp Nou en Copa del Rey, un sinfín de emociones que nos llevo a este inolvidable día.

El gran día para todos los que sentimos al Córdoba. Cuando  termino el último partido de liga y estábamos en la fase final por el ascenso, sentí que este era nuestro año, cuando parece que entras casi por casualidad, que las cosas no funcionan bien entre dirigentes y aficionados, es cuando el destino te guarda lo mejor. Casi treinta cordobesistas nos reunimos en nuestro sitio habitual para ver los encuentros importantes, todos estábamos convencidos de que se podía conseguir el objetivo, pero una vez que Las Palmas consiguió su gol, empezamos a pensar que se podía escapar el sueño. Los minutos volaban como lo hacen los pájaros, rápido y sin cesar, mi único pensamiento era un gol, un gol, un gol, el gol de la gloria, nunca antes habíamos estado tan cerca, el minuto 90 estaba aquí y parecía todo perdido, incluso los aficionados canarios saltaron al campo a celebrarlo, lo veían tan cerca como yo tan lejos.

Esos minutos de interrupción fueron simplemente creer que todo se acabo que estuvimos cerca pero no lo suficiente, pensé en no ver el final, quería desaparecer y al volver estar en primera, no pude me quede y lo vi, vi lo que muchos otros no pudieron vivir, vi como cientos de cordobesistas ayudan a Uli Dávila a empujar ese balón ,el balón entraba directamente a la gloria de los cordobesistas, de repente las lágrimas empezaron a brotar, lagrimas de alegría, de emoción, de tristeza por aquellos que ya no están y que me hubiera gustado que vieran lo que yo pude ver, mi padre socio fundador en el año 54, mi hermano que hace casi dos años se fue, seguro que ellos también empujaron ese balón dentro, en seguida me abracé con mis hermanos que estaban conmigo,  también a  mis compañeros de Sangre Blanquiverde, mis primeras llamadas a mi mujer y a mi madre simplemente emocionante, después una muy emotiva a dos compañeros de peña, Javi y Alex ellos que estaban en Córdoba, y que tanto soñaron con este día, ellos iban a tocar el cielo en las Tendillas por todos nosotros.

Poder ver y pensar que esto haría feliz a tan gente, a una ciudad que llevaba 42 años esperando es un sentimiento indescriptible, posiblemente una pasión, seguramente una pasión infinita. Ahora solo nos queda disfrutar, disfrutar de la elite futbolística, y porque no, pensar en cruzar las fronteras, que si otros lo han conseguido porque nosotros no podemos, seguro que con ilusión y unión lo lograremos. 

@iom73