Empezamos los relatos del cómo se vivió
el ascenso. Nuestra primera firma es la de
Javier Serrano, socio fundador, secretario de la peña y de la Agrupación de
Peñas Cordobesistas.
Hoy hace justamente una semana
que mi Córdoba era de primera, han pasado siete días y creo que ni yo ni nadie
aún sabe a ciencia exacta el hecho histórico que hemos logrado.
Lo que si recuerdo y recordaré es como lo viví, como lo sentí. Un fin de semana que en mi vida olvidaré y que tendré grabado en mi a fuego, y según una promesa a piel.
Se podría decir que todo empieza cuando mi amigo, mejor dicho mi hermano, como nos gusta llamarnos, Jesús Gallardo me dice que se va a casar el 21 de junio, al saber que ese fin de semana era la ultima ronda de play off mi mente voló como suele hacerlo, y le comente en tono guasa, como solernos hablar, que tuviera cuidado que era el último partido de ronda del Play Off. Me dijo que no había sido el único, pero aun era muy pronto para pensar en esas cosas, si bien ni recuerdo cuando me confirmo la fecha pero ni el más optimista pensaba que acabaría siendo así.
Las jornadas pasaban y llegó Huelva. Desde esa semana tenía en mí que el Córdoba iba a subir, algo dentro de mí me lo decía. También lo dije hace dos años, hay que decirlo, pero no se porque me volvió a aparecer ese presagio.
Lo que si recuerdo y recordaré es como lo viví, como lo sentí. Un fin de semana que en mi vida olvidaré y que tendré grabado en mi a fuego, y según una promesa a piel.
Se podría decir que todo empieza cuando mi amigo, mejor dicho mi hermano, como nos gusta llamarnos, Jesús Gallardo me dice que se va a casar el 21 de junio, al saber que ese fin de semana era la ultima ronda de play off mi mente voló como suele hacerlo, y le comente en tono guasa, como solernos hablar, que tuviera cuidado que era el último partido de ronda del Play Off. Me dijo que no había sido el único, pero aun era muy pronto para pensar en esas cosas, si bien ni recuerdo cuando me confirmo la fecha pero ni el más optimista pensaba que acabaría siendo así.
Las jornadas pasaban y llegó Huelva. Desde esa semana tenía en mí que el Córdoba iba a subir, algo dentro de mí me lo decía. También lo dije hace dos años, hay que decirlo, pero no se porque me volvió a aparecer ese presagio.
Fueron pasando las semanas hasta
que el Córdoba se clasificó para play off, nos tocaba el Murcia. Tuve la
ocasión de ir tanto a la ida, gracias al ofrecimiento de Alex, fundador,
directivo y amigo de la peña, que me dijo que me bajara a Córdoba, como a la
vuelta del partido ya que unos cuantos habíamos hablado de ir a la Condomina,
pero tenía muy claro que íbamos a pasar de ronda, ya al acabar el partido de
ida ante el Murcia comenté a algunos que no iba a ser el ultimo partido del Córdoba
en el reino por lo que preferí guardarme
ese dinero para bajar al partido de ida que al final cayó como bien habíamos
hablado en plan guasa con mi hermano Jesús.
Hacia meses que tenia los billetes sacados para el viernes 20, pero los trenes, nunca mejor dicho, habían que cogerlos, y ya cuando Pedro puso el 0-1 no pude que empezar a llorar, sabía que me iba a Córdoba, un día antes, pero quizás por superstición o manía, no cogí el billete hasta que no pitara el final del partido, ya que muchas veces cuando el Córdoba iba ganando un partido, me daba por mirar la clasificación y terminaba perdiendo o empatando.
Total que ahí estaba montando solo en el ave camino de lo podía ser el ultimo partido del Córdoba en Arcángel.
Ese día fue el de la ilusión, la gente me la había devuelvo, ver sus caras que reflejaban ese sentimiento, quitaban todas las penas, enfados, sin sabores y malos ratos de toda la temporada.
Nunca olvidare el ambiente en el reino, fue el que siempre habíamos querido para nuestro equipo, pero se nos escaparon vivos. Aunque sabíamos que el Córdoba siempre asciende fuera de casa, por lo que esperábamos con nervios que llegara el domingo.
Ese día llegó, la ciudad parecía que no se había enterado de lo que nos jugábamos, no se observaba a penas algún que otro aficionado con la camiseta del equipo de la ciudad, pero el reloj o mejor dicho el tiempo castigaba al cordobesista en su deseo de que fueran las 18h. Pero todo llega, y comenzó el partido, yo estaba en la sede de Cordobamania y aunque con el gol de la UD Las Palmas no cambiaba las cosas, el tiempo esta vez si corría. Observaba a la gente de mi alrededor y sus caras lo decían todo, en especial la que tenia más al lado mía, la de Jose Luis Llergo
Curioso que cuando se iba acercando el final en mi mente apareció una premonición o una señal, algo, lo que fuera. Dentro de mí dijo “no hemos llegado ni una sola vez a porteria en la segunda parte”. Después de los incidentes y tras la reanudación solo recuerdo que todo fue muy rápido, la gente pendiente de la pantalla del proyector y en el 92,30 alguien gritó gol como un loco, no entendía nada, ya que en el proyector se veía que Pelayo había centrado al segundo palo, pero al escuchar gol los sentidos se afinaron más que nunca, hasta que Raúl Bravo y Barbosa dejaron la pelota muerta para que llegará el éxtasis. El gol del ascenso, el remate de Uli que nos llevaba a la primera división, el sueño se hacia realidad.
Aquel fue un momento de locura, lo primero que hice fue agacharme y coger la bandera de mi peña que Iskra me había dado antes del partido, llore como un niño cogiendo entre mis manos la bandera, espero que la hayas lavado Antoñito, notaba golpes en las piernas por todos lados y con el rabillo veía a la gente abrazarse pero seguia agachado, llorando, también note que alguien me abrazaba en mi espalda, imaginaba que era mi madre, pero yo seguía a lo mío, llorar y más que llorar, de vez en cuando miraba al techo e intentanba ver la pantalla que todo el mundo tapaba para saber si se había acabado el partido o no.
Después de un rato llegaron los abrazos, no sabría decir quien fue el primero, lo que sí se es que aquel día fue en el que más di en mi vida. Cada persona que veía era un abrazo. Después de diez minutos seguía en el mismo sitio inmóvil con los ojos llenos de lágrimas, vino Iskra y me dijo a la calle a celebrarlo, sin antes darle un abrazo y comentarle lo mismo que le pude decir a Toni Cruz, Jesús Gallardo, Churripam, Victor Guerra, Fale de incondicionales, Rubén o Ricardo Castro: Nos lo merecemos, esta temporada después de tantas hostias tenia que acabar así teníamos que subir, somos la hostia, y ahora toca disfrútalo.
También recuerdo las palabras de Antonio Carrillo, reconociendo nuestro trabajo, fue gratificante sus palabras.
Una vez en la calle cogí el móvil, ví que ya tenia menciones en twitter y whatsapp acordándose de mi, también vi que Sara, amiga y socia peña, había sido la primera en llamarme. No pudo estar el domingo con su hermano, pero estaban comingo en mi bufanda de la peña, me acordé de todos los componentes que en ese momento que no estaban conmigo para celebrarlo, aquellos con los que he compartido grada casi cinco, años, Alberto, Luis, Pedro, David, Israel, Raúl, Pepe.
Después de las llamadas, fue momento otro momento íntimo que da sangre blanquiverde. Desde que surgió la idea de la peña, siempre se habló de lo que supondría ver al Córdoba en primera jugando en el Camp Nou, no fue en liga fue en copa, pero ese sueño se cumplió, pero no nos quedábamos ahí queríamos ascender, queríamos volver al Camp Nou, y siempre Alex y yo, fieles escuderos de un Córdoba en la distancia, hace tiempo que nos dijimos que teníamos que ver juntos ese ascenso, no fue en una grada como habíamos imaginado pero lo vivimos juntos, como siempre habíamos hablado, como siempre lo soñamos.
Después de las lagrimas y abrazos nos dirigimos a las Tendillas, La marcha hacia ella creo que fue lo mejor del día, un nutrido grupo íbamos al epicentro de la celebración y en cada rincón de nuestro camino hacíamos notar nuestro sentir, por donde pasábamos veíamos a la gente con algo del Córdoba, nada que ver con lo que se pudo observar por la mañana e incluso gente parada en la calle nos grababa cuando pasábamos por su lado o simplemente nos acompañaban en nuestros cánticos. El paso por la Plaza San Pedro, la Coderrera. Claudio Marcelo fue indescriptible. Si ya la voz la tenia tocada del partido de ida y de la boda, en ese momento deje de tenerla.
Hacia meses que tenia los billetes sacados para el viernes 20, pero los trenes, nunca mejor dicho, habían que cogerlos, y ya cuando Pedro puso el 0-1 no pude que empezar a llorar, sabía que me iba a Córdoba, un día antes, pero quizás por superstición o manía, no cogí el billete hasta que no pitara el final del partido, ya que muchas veces cuando el Córdoba iba ganando un partido, me daba por mirar la clasificación y terminaba perdiendo o empatando.
Total que ahí estaba montando solo en el ave camino de lo podía ser el ultimo partido del Córdoba en Arcángel.
Ese día fue el de la ilusión, la gente me la había devuelvo, ver sus caras que reflejaban ese sentimiento, quitaban todas las penas, enfados, sin sabores y malos ratos de toda la temporada.
Nunca olvidare el ambiente en el reino, fue el que siempre habíamos querido para nuestro equipo, pero se nos escaparon vivos. Aunque sabíamos que el Córdoba siempre asciende fuera de casa, por lo que esperábamos con nervios que llegara el domingo.
Ese día llegó, la ciudad parecía que no se había enterado de lo que nos jugábamos, no se observaba a penas algún que otro aficionado con la camiseta del equipo de la ciudad, pero el reloj o mejor dicho el tiempo castigaba al cordobesista en su deseo de que fueran las 18h. Pero todo llega, y comenzó el partido, yo estaba en la sede de Cordobamania y aunque con el gol de la UD Las Palmas no cambiaba las cosas, el tiempo esta vez si corría. Observaba a la gente de mi alrededor y sus caras lo decían todo, en especial la que tenia más al lado mía, la de Jose Luis Llergo
Curioso que cuando se iba acercando el final en mi mente apareció una premonición o una señal, algo, lo que fuera. Dentro de mí dijo “no hemos llegado ni una sola vez a porteria en la segunda parte”. Después de los incidentes y tras la reanudación solo recuerdo que todo fue muy rápido, la gente pendiente de la pantalla del proyector y en el 92,30 alguien gritó gol como un loco, no entendía nada, ya que en el proyector se veía que Pelayo había centrado al segundo palo, pero al escuchar gol los sentidos se afinaron más que nunca, hasta que Raúl Bravo y Barbosa dejaron la pelota muerta para que llegará el éxtasis. El gol del ascenso, el remate de Uli que nos llevaba a la primera división, el sueño se hacia realidad.
Aquel fue un momento de locura, lo primero que hice fue agacharme y coger la bandera de mi peña que Iskra me había dado antes del partido, llore como un niño cogiendo entre mis manos la bandera, espero que la hayas lavado Antoñito, notaba golpes en las piernas por todos lados y con el rabillo veía a la gente abrazarse pero seguia agachado, llorando, también note que alguien me abrazaba en mi espalda, imaginaba que era mi madre, pero yo seguía a lo mío, llorar y más que llorar, de vez en cuando miraba al techo e intentanba ver la pantalla que todo el mundo tapaba para saber si se había acabado el partido o no.
Después de un rato llegaron los abrazos, no sabría decir quien fue el primero, lo que sí se es que aquel día fue en el que más di en mi vida. Cada persona que veía era un abrazo. Después de diez minutos seguía en el mismo sitio inmóvil con los ojos llenos de lágrimas, vino Iskra y me dijo a la calle a celebrarlo, sin antes darle un abrazo y comentarle lo mismo que le pude decir a Toni Cruz, Jesús Gallardo, Churripam, Victor Guerra, Fale de incondicionales, Rubén o Ricardo Castro: Nos lo merecemos, esta temporada después de tantas hostias tenia que acabar así teníamos que subir, somos la hostia, y ahora toca disfrútalo.
También recuerdo las palabras de Antonio Carrillo, reconociendo nuestro trabajo, fue gratificante sus palabras.
Una vez en la calle cogí el móvil, ví que ya tenia menciones en twitter y whatsapp acordándose de mi, también vi que Sara, amiga y socia peña, había sido la primera en llamarme. No pudo estar el domingo con su hermano, pero estaban comingo en mi bufanda de la peña, me acordé de todos los componentes que en ese momento que no estaban conmigo para celebrarlo, aquellos con los que he compartido grada casi cinco, años, Alberto, Luis, Pedro, David, Israel, Raúl, Pepe.
Después de las llamadas, fue momento otro momento íntimo que da sangre blanquiverde. Desde que surgió la idea de la peña, siempre se habló de lo que supondría ver al Córdoba en primera jugando en el Camp Nou, no fue en liga fue en copa, pero ese sueño se cumplió, pero no nos quedábamos ahí queríamos ascender, queríamos volver al Camp Nou, y siempre Alex y yo, fieles escuderos de un Córdoba en la distancia, hace tiempo que nos dijimos que teníamos que ver juntos ese ascenso, no fue en una grada como habíamos imaginado pero lo vivimos juntos, como siempre habíamos hablado, como siempre lo soñamos.
Después de las lagrimas y abrazos nos dirigimos a las Tendillas, La marcha hacia ella creo que fue lo mejor del día, un nutrido grupo íbamos al epicentro de la celebración y en cada rincón de nuestro camino hacíamos notar nuestro sentir, por donde pasábamos veíamos a la gente con algo del Córdoba, nada que ver con lo que se pudo observar por la mañana e incluso gente parada en la calle nos grababa cuando pasábamos por su lado o simplemente nos acompañaban en nuestros cánticos. El paso por la Plaza San Pedro, la Coderrera. Claudio Marcelo fue indescriptible. Si ya la voz la tenia tocada del partido de ida y de la boda, en ese momento deje de tenerla.
En la subida a Claudio Marcelo me
encontré con mi hermano Jesús. Su cara lo decía todo y su abrazo empapado
después de haber estado en la fuente de las Tendillas fue eterno. Como le
dije en ese momento solo tenia palabras de gratitud, nadie sabe lo que es
trabajar por el bien peñisticos como lo ha hecho el junto a Iskra, Onofre, Víctor,
José Antonio y demás gente. Un trabajo que te quita horas y te da sin sabores
pero te regalan hermanos. Estaré agradecido eternamente a todas sus enseñanzas
y sobretodo al ojo que tuvo en poner la fecha de la boda, porque sin esa fecha,
posiblemente no podría estar escribiendo esto ahora mismo.
Una vez llegado a las Tendillas lo único que pudimos hacer fue tocar el cielo y sentir que mi alma, la nuestra, grita Córdoba, como bien dice el himno.
Una vez llegado a las Tendillas lo único que pudimos hacer fue tocar el cielo y sentir que mi alma, la nuestra, grita Córdoba, como bien dice el himno.
Al día siguiente volvía a
Barcelona pero tuve tiempo de pasar la mañana en Córdoba, de ver que algunos
chiquillos jugando en un parque a lado del Vista Alegre jugaban con la camiseta
del Córdoba soñando que eran Uli, Abe,l Pedro o Xisco.
La vuelta fue un eterno recuerdo de lo que había vivido un día antes, esas cinco horas fueron una sonrisa enterna, pero volviendome a emocionar con los videos que la gente había grabado, en especial, el de la celebración de mi gente de Sangre Blanquiverde en el Pasatapas, lugar de encuentro para nosotros y de cómo a casi mil kilómetros una celebración es la misma que en la propia Córdoba, es un sentimiento, una pasión infinita a unos colores, la diferencia es la lejanía.
Simplemente decir que los sueños se cumplen, que nosotros los cordobesistas que siempre hemos sufridos sigamos soñando a pesar de estar en primera porque es nuestra condición, nuestra seña de indentidad, la de la pasión, ilusión, la de soñar, con poco tenemos mucho, con un granito somos felices, con el ascenso lo tenemos todo.
La vuelta fue un eterno recuerdo de lo que había vivido un día antes, esas cinco horas fueron una sonrisa enterna, pero volviendome a emocionar con los videos que la gente había grabado, en especial, el de la celebración de mi gente de Sangre Blanquiverde en el Pasatapas, lugar de encuentro para nosotros y de cómo a casi mil kilómetros una celebración es la misma que en la propia Córdoba, es un sentimiento, una pasión infinita a unos colores, la diferencia es la lejanía.
Simplemente decir que los sueños se cumplen, que nosotros los cordobesistas que siempre hemos sufridos sigamos soñando a pesar de estar en primera porque es nuestra condición, nuestra seña de indentidad, la de la pasión, ilusión, la de soñar, con poco tenemos mucho, con un granito somos felices, con el ascenso lo tenemos todo.
El cordobesista como el ser
humano se mueven por sueños que nadie nos impida soñar. Soñemos ahora con un
club más grande, con un crecimiento social, con poner el nombre de Córdoba en
el panorama del fútbol español y sobretodo no olviden el 22 de junio de 2014, no olviden como
lo celebraron, como lo vivieron, las lágrimas, los abrazos, los mensajes y el
reconocimiento y echen la vista atrás, esos campos de segunda división B, el
penalti de Abraham Paz, ya nos tocaba.
Cordobesistas somos únicos y ahora nos toca lo mejor. Disfruten de la primera división porque nos lo merecemos, pero sigan soñando.
@javiserrano22
Cordobesistas somos únicos y ahora nos toca lo mejor. Disfruten de la primera división porque nos lo merecemos, pero sigan soñando.
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